jueves, 11 de septiembre de 2008

11/09/2008 El ultimo día

Recordaba el día mientras buscaba aparcamiento a las 23:30, no hay suerte daré otra vuelta.
El semáforo esta en rojo, así que espero contemplando la escena. No es justo tener que esperar parado en este semáforo para volver a entrar en la misma calle.

Repaso el día. Bromeábamos sobre la utilidad y el riesgo asumido en el experimento del acelerador de partículas. En el programa de buenafuente se comenta con risas que “Vamos a morir!”.
“Las colisiones de protones que se provocarán en el interior del LHC producirán brevemente una temperatura 100.000 veces superior a la del Sol …”
“Las altísimas energías aplicadas permitirán recrear durante una fracción de segundo el estado del universo durante la primera cienmilésima de segundo tras el Big Bang, es decir, el nacimiento del Universo, hace 13.700 millones de años.”
“Las colisiones podrían crear asimismo pequeños agujeros negros ….Rumores que circulaban por internet desataron la preocupación por la posibilidad de que éstos absorbiesen toda la materia a su alrededor, provocando el fin del mundo.”
Un agujero negro que tardaría aproximadamente 0,8 segundos en devorar la tierra. Nos hizo gracia en el trabajo buscar una utilidad al experimento. Podíamos sustituir a los perros por agujeros negros bajo la mesa, terminarían igual de bien con las verduras que les tirásemos.

Mientras recuerdo en el semáforo, puedo ver como un niño de 10 años, a menos de tres metros de mi, sale rápidamente entre los cubos de basura con una bici. Veo como en la escena entra un coche.
Un coche nuevo y flamante de color rojo. Es de noche y no se si es un ibiza o un golf.

Suena un tremendo trueno que no consigo sacar de mi cabeza y un muñeco con extremidades descontroladas se tambalea por el aire recorriendo 10 metros hasta caer al suelo.
La bici bajo el coche del conductor tembloroso, El niño solo respondió una palabra más.
- Estas bien?
- Si
Me quede cerca de el, mientras cerraba los ojos viéndolo inmóvil. Durante 40 minutos su cuerpo se endurecía, más y más. Las extremidades con formas curvilíneas parecen de goma y les acompañan dos charquitos en el suelo.
Con un amargo recuerdo de alivio pienso en el atropello de mi hermano. Doy gracias a dios por que el conductor en el atropello de mi hermano fue un anciano que nunca supero los 7km/h.

Ahora estoy en mi piso, escribiendo para poder desahogarme. No debí bromear con la vida y la muerte.
Seguramente para el chaval.. si ha sido.. su ultimo día..
Que breve es la vida..y que poco sabemos de ella.