martes, 26 de agosto de 2008

26/08/2008 Recordando Pisa 14/08/2008

Hoy estamos en Pisa. El recuerdo es de pequeño y acogedor pero con un amplio sentimiento de luz.
Llevamos 20 segundos conduciendo por la ciudad, mirando por la ventana veo como un aldeano de color nos grita con gesto enérgico.
“No por hay no! No!”. Nosotros miramos y añado.
- Ese hombre negro nos esta diciendo que no vayamos por aquí, ¿No deberíamos hacerle caso?.
La contestación del conductor argumentaba que no.
- para eso tenemos un TonTon, vamos a la torre de Pisa.
Lo intenté de nuevo.
- ese hombre parece ser de aquí, se conocerá mejor todos los cambios.

El hombre de color se volvió a sentar en el banco resignado, ya había comprendido la situación. Era imposible razonar.

Las paredes amenazantes se estrechaban más y más..En 5 minutos estabamos riéndonos, rascando los dos retrovisores chispeando plástico.

La insoportable copiloto comenzo a dar órdenes.
Yo por hacer algo distonto al resto miraba al frente. Observe como un anciano estacionaba su Vespino con cara de arrogancia e indiferencia ante nuestro paso.

- Pepe cuidado!
Gritamos al conductor. Me pareció que el coche había rozado al anciano. Nos miraba y comenzó a cambiar su cara de indiferencia cuando la copiloto grito ofendida.
- Joder Pepe! que le has dado!
Pepe daba golpes secos al acelerador del coche, empujando al anciano.
- Que no le estoy dando cariño
Mi prima y yo repetimos nuevamente.
- Pepe que si le estas dando
- Que no coño! lo sabré yo.
En estas últimas palabras el torso del anciano subió al capo del coche.
-Pepe, joder que si.. que esta encima del capo.
- Queréis callar que no le estoy dando!.
Pareció sacarnos de dudas las palabras del anciano.
Mientras Pepe seguía dando golpes de gas
- Espanolos di Merda!! Espanolos di Merda.
Pepe, firme repetía que no le tocaba. Conseguimos que frenara por obligación.
La copi bajo la ventanilla para pedir disculpas, mientras pedíamos a Pepe que no dijera nada más. El anciano con cara de miedo las acepto, más por la visión de psicópatas que acababan con la vida de ancianos que por otra cosa. La cara tímida del anciano nos respondía en Italiano suave esta vez.

Tras la siguiente esquina que nos escondía explotamos en risas descontroladas.
-Sois la ostia ya os dije que hiciéramos caso al hombre aquel! jajaja.
Continuamos y sucedió lo imposible, la calle se estrecho aun más. Fotografié el coche para el futuro.
Finalmente la calle llego a su fin, pero el coche no cabia por la salida. Pepe como de costumbre tenia soluciones para todo.
- Espera que esto lo arreglo yo.
Subió la rueda derecha sobre dos escalones de 60 centímetros que formaban la entrada a una casa. Me cabeza se inflo con preguntas. ¿Que pasaría si reventabamos la rueda?
¿como la cambiaríamos? ¿El gato del coche de alquiler nos permitiera trabajar en ese espacio? Y lo más importante, ¿como bajaríamos del coche sin poder abrir las puertas por las paredes!!!?
Y como la suerte es juguetona y lo más probable era reventar, no sucedió nada.
Al fin observamos el lugar al que conducía la calle.

Podíamos ver. Un pivote de hierro y otro y otro que forman un circulo?.
En el centro una estatua a modo de fuente. Giramos a la izquierda, un nuevo giro y luego otro giro, uno más.. en el quinto nos dimos cuenta que estábamos en una plaza no accesible por el publico para proteger la fuente. Detrás de los enormes pivotes de acero se encontraba un ejército de japoneses armados con sus cámaras fotografiándonos.
Por suerte para todo conseguimos entrar en un nuevo callejón que nos devolvio al principio.
Alli nos volvia a indicar el hombre de color, nos felicitaba por seguir sus indicaciones esta vez.. Nos despediamos del amable hombre divertidos con la mano..